7 razones para odiar a Pablo Motos

En mi primera entrada voy a dar mis razones para considerar a Pablo Motos un egocéntrico y mediocre presentador de televisión en un programa de poca monta.

1. Su barba

Sí, la primera razón estaba clara, ¿de dónde y por qué ha salido esa barba pelirroja? Una barba pelirroja, evidentemente, genera desconfianza, pero si encima el pelo de la cabeza es de distinto color, todavía más.

2. Su programa

Un programa de televisión que, a priori, pinta bien: un espacio diario en el que cada día cuentan con un famoso diferente, le hacen una entrevista y después una serie de juegos o pruebas en los que puedas pasar un buen rato con los invitados. Pero cuando digo a priori es a priori, ya que este señor se encarga de convertir lo que parece una gran idea en sedimento televisivo.

Empezando por la entrevista al invitado -supuestamente- estrella (de esto hablaremos más adelante), en la que teniendo la oportunidad de realizar preguntas que a la gran mayoría nos gustaría saber las respuestas, este sujeto de barba bermeja prefiere preguntar a  Hugh Grant si es posible amar a dos personas a la vez con el único propósito de hablarnos de una absurda encuesta sobre las infidelidades de la gente o a Mireia Belmonte, campeona olímpica, cuánto se liga en unos juegos.

Una vez acabada con la decepcionante entrevista pasamos a una serie de secciones en las que el célebre invitado debe realizar unas actividades que nadie entiende porque Pablo piensa que puedan importarnos lo más mínimo, porque no, Pablo, no nos interesa ver como Jason Derulo intenta adivinar si detrás de una pared están bajando una escalera o simplemente agachandose, ni ver como Mariano Rajoy practica ejercicio en una máquina de correr.

3. El baile inicial

Lo anteriormente citado empieza con uno de los momentos que más vergüenza ajena produce en este programa, un ridículo y repetitivo baile en el que participan tanto el propio Pablo como sus colaboradores, que podría no estar mal e incluso tener su gracia si no fuera porque este esperpento hay que verlo absolutamente todos los días con la misma puñetera canción y el mismo puñetero baile. Pero, oye, que hay a quien le gusta e incluso la mismísima vicepresidenta del gobierno se animó a realizar el baile (sí, aunque cueste creerlo, Pablo Motos invita a toda una vicepresidenta para hacerle bailar una canción de moda). 

4. Su afán de protagonismo 

Antes hemos dicho que más tarde hablaríamos de porque apuntillamos que los invitados son las supuestas estrellas del programa, y el momento ha llegado. Y es que no es normal como el invitado, por el que te sientas delante de la televisón, pasa totalmente a un segundo plano, especialmente tras la entrevista, en favor de este ser de proporciones tan diminutas.

5. Su competitividad

Estos dos últimos puntos están estrechamente relacionados y es que cuando se trata de hacer una sección compitiendo contra el invitado Pablo Motos muestra una grotesca competitividad en la que solo tiene en cuenta a su huesped para intentar quedar por encima suyo.

6. Los colaboradores

Pablo no está solo en el programa, junto a él podemos ver un elenco de colaboradores que poco, o nada, tienen que envidiar a la incompetencia del jefazo.

Las principales colaboradoras son las hormigas, Trancas y Barrancas, unas marionetas a las que dan vida Juan y Damián, que también han tenido sus propias secciones dentro del programa provocando una total indiferencia en el espectador. Otro de los colaboradores más simbólicos es Jandro, que lo mismo te graba una cámara oculta a niños, que te hace un truco de magia mientras aparenta tener menos luces que pelaje.

Otro de los colabores estrella es Mario Vaquerizo, al que solo parecen tener ahí para reírse de él, ya sea enviándolo a Japón o pidiéndole que haga una demostración atlética. Luego tenemos a las colaboradoras, que aún habiendo tenido éxito en otros programas aquí realizan secciones, que necesitan una preparación, que yo mismo podría desempeñar, aunque sin duda haría perder a la audiencia más morbosa. Esto último a excepción de Pilar Rubio, que sí necesita una gran preparación para sus pruebas a pesar de que sean más inútiles que el parabrisas de un submarino.

7. El trato a sus invitados

Son ya varios los invitados de 'El Hormiguero' que han mostrado sus quejas hacia el programa por el trato recibido, desde Charlize Theron a Jesse Eisenberg, quien afirmo que el programa "está diseñado para humillar al invitado."

Otros invitados a los que ha puesto en aprietos, o incluso en peligro, son Edurne, que fue duramente criticada en Inglaterra por culpa del presentador, o Cayetano Rivera, que acabó con el peroné roto tras uno de los juegos de Pablo Motos.

Mención especial merece la demostración de un sentido del humor más que cuestionable del chaparro 'showman', cuando hizo creer a todos los espectadores que el cantante Dani Martín había muerto en directo por un error de uno de sus colaboradores.

Gracias a Dios simplemente se trataba de otra macabra broma de este excéntrico presentador de televisión venido a menos del que aún no sabemos donde tiene puesto su propio límite.